viernes, 9 de diciembre de 2016

Optimizar el tiempo de trabajo

Sacar provecho al tiempo de los emprendedores


Buenos días chicos y chicas:

Ya ha terminado una de las semanas más raras del año, con festivo en martes y jueves y, en general, jornada normal lunes, miércoles y viernes... debería haberme tomado el lunes...

¿Por qué? Es simple, coges desorden, si tienes un horario laboral (el mío es de 8 a 16 en general y de 9 a 15 en particular) los días festivos no lo cumples, aunque hagas cosas... así que llegado el viernes estoy de cama... más que si hubiera trabajado 10 horas por día toda la semana (y es algo que he hecho alguna vez).

La importancia del horario


Somos animales de costumbres, y nos acostumbramos a todo (es una buena adaptación, todo sea dicho). El problema es que nos adaptamos a buenas y malas costumbres. Por ejemplo, si eres de los que se levantan tarde un madrugón puede arruinarte la semana. Si eres de los que trabaja despacio puedes echar muchas horas en hacer algo que harías en mucho menos tiempo, y si eres de los que se distraen.. a saber si terminas tus labores y cómo.

Por ello es importante aplicar un horario, es ideal que sea flexible, pero no absurdo, ahora iremos a ello, y que sea constante.

Ejemplo de organización 


Un horario: se trata de una organización simple, qué hay que hacer y qué tiempo se le debe dedicar a cada tarea. Yo por ejemplo hago tres cosas: estudiar (Doctorado en Historia, Idiomas y Posicionamiento), trabajar (en marketing digital y monto negocios secundarios) y gestiono contenidos (este blog, un podcast).

Si mi horario es tal, una buena opción es gestionar estudio de idiomas y estudio de marketing a primera hora (una hora cada uno) al menos 4 días por semana. El trabajo depende los clientes, pero a media mañana tengo finalizadas mis labores, lo que nos deja en las 12. Así tengo las tardes para avanzar los otros proyectos (sí, como entre las 12 y las 12.30). Para dedicar una día entero al doctorado y una tarde o dos al mismo.

Además he comenzado a levantarme a las 6 para hacer deporte y un buen desayuno (antes lo hacía por la tarde, pero siempre hay historias).

Es un ejemplo. Pero este horario no tiene sentido sin constancia. la constancia de despertarme a las 6, de comenzar a trabajar a las 8 y de finalizar mi actividad a las 16. Si acabo antes mejor.

Y tú. ¿cómo te organizarías?

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